Estimulación de los padres para mejorar las habilidades mentales

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Revisado medicamente por Dr Marta Bernaola Abraira
Ultima actualizacion: October 2, 2024

Los juegos ayudan a los niños a razonar y resolver problemas

Las habilidades mentales del bebé aumentan con la estimulación. Así, la participación del padre y de la madre es fundamental en todo momento, sobre todo cuando el cerebro crece repentinamente entre el primer y el tercer año de vida. Si un niño tiene diversas clases de experiencias y éstas se presentan en forma repetitiva, se fortalecerán más las conexiones cerebrales; y de ellas dependerá la manera de pensar, sentir y aprender.

Durante los cinco primeros meses el niño lleva a cabo movimientos generalizados. Desarrolla los sentidos visión, tacto y audición. De manera sorprendente discrimina mejor los sonidos y estímulos visuales que llaman su atención, van controlando los movimientos, descubre sus manos y el manejo de las mismas.

Hacia el quinto y el sexto mes, el niño empieza a reaccionar a las relaciones entre causa y efecto, por lo que se puede empezar a prepararle lentamente para el pensamiento abstracto; es decir, para reaccionar de distinta manera a ciertas características de los objetos (si son grandes o pequeños, redondos o cuadrados). Identifican la relación entre el acto y su efecto: a partir de aquí, el proceso de relación causa-efecto y la elaboración del pensamiento y razonamiento cobran espacial interés en el desarrollo neurobiológico del niño

De ahora en adelante, los niños gustarán de juegos que les permitan descubrir por su cuenta las causas de los resultados que obtienen. Tales juegos son también los más apropiados para mantenerles activos y para poner en marcha los procesos fundamentales

Resolución de problemas del niño: ensayo-error

Es importante para el niño lograr un resultado inmediato, ya que así se hará obvia la relación entre causa y efecto. Sólo hacia el final del primer año será capaz de apreciar la relación entre acción y reacción cuando esta última llega un poco retrasada.

Los niños se interesan por nuevos descubrimientos Ya no buscan un objeto donde no hayan observado que alguien lo ocultó y buscan alternativas en resolución de problemas (ensayo-error). Comienzan, pues, los procesos mentales complejos, como razonamiento, pensamiento, resolución de problemas, procesos cognitivos que les permiten pensar acerca de los hechos y a anticiparse a sus consecuencias sin recurrir a la acción.


El lóbulo frontal controla el pensamiento lógico

Tanto el razonamiento como el pensamiento lógico y la resolución de problemas están asociados principalmente al lóbulo frontal, en su parte más anterior (área prefrontal). La prefrontal se sitúa en la parte más anterior del cerebro, inmediatamente por delante de las áreas promotoras; es el área cortical que recibe más proyecciones del llamado núcleo dorsomediano del tálamo.
Esta parte más anterior del córtex frontal esta implicada, mediante sus múltiples conexiones cortico-corticales y cortico-subcorticales, en la mayoría de las funciones más complejas del ser humano.

Desde el campo afectivo-emotivo y ético-moral, hasta la esfera más compleja del ser humano como es la lógica, el razonamiento, la conciencia o la creatividad, pasando por diferentes procesos cognitivos, tales como, atención, memoria, aprendizaje o lenguaje hasta llegar a los procesos más complejos como pueden ser la capacidad de pensar en el futuro, la creatividad o la conciencia.

Estas áreas llevan a cabo el control y la integración entre lo racional, lo instintivo, lo afectivo y lo motivacional de la conducta humana. La habilidad para resolver problemas es aquella capacidad cognitiva necesaria para modular o controlar los diferentes estímulos novedosos que llegan al cerebro, proporcionando significado para conseguir una respuesta unitaria al problema y adaptada al medio. Esto exige al cerebro integrar patrones neurofuncionales establecidos con otros patrones nuevos, que deben ser integrados en una respuesta cerebral unitaria. La habilidad para resolver problemas requiere de la modulación y del control de las rutinas cognitivas fundamentales.


 

Tomás Ortiz Alonso. Catedrático-Director del Departamento de Psiquiatría y Psicología Médica.
Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid