Desmontando falsos mitos sobre alimentación infantil
Escrito por Raquel Palacios Benito
Revisado medicamente por Dr Esteban Delgado, PhD, FRSPH, MAE
Ultima actualizacion: October 3, 2024
Seguir la dieta mediterránea sigue siendo la clave del éxito
Una buena alimentación es fundamental para un adecuado y saludable desarrollo infantil. Para la adquisición de unos buenos hábitos alimentarios en la edad infantil, éstos han de estar consolidados en la familia, ya que el niño los va adquiriendo mediante el aprendizaje y la imitación. Muchas veces, ya sea por desconocimiento o por falsos mitos, se cometen errores que conviene corregir.
Dra. Esther Vaquero
Unidad de Gastroenterología y Nutrición Infantil
Servicio de Pediatría del Hospital Clínico San Carlos
¿Es cierto que tengo que limitar el consumo de huevos de mi hijo a dos o tres por semana?
Hasta hace poco, se recomendaba que esto fuera así, pero se ha descubierto que el huevo no influye tanto como se pensaba en el aumento de los niveles de colesterol sanguíneos. Además, este alimento aporta proteínas de alto valor nutricional, vitaminas y minerales. Por lo tanto, si nos encontramos ante un niño sano que toma una dieta variada y saludable no tenemos porqué ser tan estrictos con el número de huevos que debe consumir.
Mi hija tiene tres años y no quiere masticar: para que coma le damos todo triturado. ¿Es correcto lo que estamos haciendo?
Es bastante habitual que un niño tenga problemas cuando se introducen los alimentos sólidos, y muchas veces esta situación se perpetúa porque nos empeñamos -tanto los pediatras como los familiares- en hacerlo así, porque aseguramos que de esta forma se comerá todos los nutrientes que necesita. Sin embargo, en algún momento tendremos empezar a dar texturas sólidas de forma progresiva para que vaya adquiriendo ese aprendizaje. Al principio será difícil pero poco a poco, con paciencia y dedicación, se conseguirá que el niño tome los alimentos sólidos acordes a su edad.
Estoy preocupada porque mi hijo come poco y creo que por eso es más delgado que el resto de niños de su clase.
Tener una constitución física delgada no es sinónimo de enfermedad. No hay motivo para preocuparse si el niño ha tenido una adecuada ganancia de peso y talla, sin estancamiento o descenso en los percentiles, y si no hay otros signos de alarma en las revisiones realizadas por su pediatra. En este caso debes tranquilizarte, ya que los alimentos que toma son suficientes para cubrir sus requerimientos nutricionales.
El introducir nuevos alimentos está resultado un suplicio: el niño rechaza y escupe la comida. ¿Qué puedo hacer?
En primer lugar, hay que entender que en este periodo algunos niños desarrollan rechazo a los nuevos alimentos (lo que se denomina neofobia) y que será necesario exponerle varias veces a lo nuevo para que finalmente lo termine aceptando.
Es imprescindible tener paciencia, insistir en ello, sin castigar ni dramatizar la situación, y reforzar al niño de forma positiva cuando lo consigue
Me han comentado que los alimentos congelados pierden cualidades nutricionales, ¿es correcto?
Con la congelación se conservan muy bien el sabor y las propiedades nutricionales de los alimentos, y sólo existe una mínima pérdida de vitaminas. Por eso, los congelados constituyen una buena manera de preparar platos caseros y poder dárselos al niño posteriormente. Es conveniente tener precaución al manipular los alimentos, ya que el frío retrasa el crecimiento de los gérmenes pero no los elimina por completo. También se aconseja descongelar lentamente en la nevera y no volver a congelar un alimento que ha sido previamente descongelado.
No consigo que mi hijo tome fruta ni verdura, ¿qué puedo hacer?

Es habitual que a los niños no les guste la fruta y la verdura, pero hay que insistir en ello porque son alimentos muy saludables. Insistir pero no forzar, ya que eso podría crear mayor rechazo. Se puede ir dando poco a poco, comenzando con rodajas o pequeños trozos de verdura cocinada y/o mezclada con alimentos que le gusten. Para la fruta también es aconsejable darla pelada y cortada en cuadraditos y/o mezclada con yogur o zumo. Otra opción es ofrecer la fruta mientras se va preparando la comida: así el niño la aceptará mejor porque tiene apetito.
Mi hijo tiene exceso de peso, ¿le quito el pan y la pasta de la dieta?
Los farináceos (pan, cereales, pasta…) son la base de la pirámide alimentaria y han de consumirse a diario. Son ricos en hidratos de carbono y este macronutriente ha de suponer aproximadamente el 55-60 por ciento de la dieta. Lo que sería conveniente es que fueran integrales, porque aportan más cantidad de fibra que tiene efecto saciante, y no acompañarlos de alimentos altamente calóricos como mantequilla o embutidos.
¿Es cierto que los productos con grasa vegetal son más sanos?
Depende de la grasa vegetal; debería especificarse de cuál se trata. No es lo mismo un producto que contiene aceite de oliva, girasol o maíz que otro cuyas grasas vegetales son en su mayor parte saturadas (coco, palma…). En este último caso, aunque sea grasa vegetal es perjudicial, desde el punto de vista cardiovascular. Por el contrario, el pescado tiene grasa animal y es muy saludable por su contenido en omega 3.
Mi hijo come poco ¿le doy suplementos de vitaminas?
La cantidad de vitaminas que el cuerpo necesita es pequeña y estos requerimientos quedan cubiertos con una dieta variada rica en los principales grupos de alimentos. Solo sería recomendable administrarlos bajo indicación médica, una vez valorado el caso concreto.
Mi hijo es alérgico a las proteínas de leche de vaca ¿puedo darle fórmulas de soja del supermercado?
No es lo más aconsejable, al menos antes de los dos años, ya que estas fórmulas de soja tienen menor aporte calórico y las proteínas son de peor calidad nutricional que las de origen animal. Además no es recomendable su consumo prolongado, ya que la soja contiene fitatos que dificultan la absorción de minerales (hierro, calcio, zinc) y fitoestrógenos, que algunos estudios relacionan con efectos adversos a largo plazo
¿Cuánta leche debo darle a mi hijo para que sus huesos estén fuertes?
Para cubrir los requerimientos de calcio en niños de uno a tres años se recomienda tomar dos raciones de lácteos al día, entre dos y tres raciones en el caso de los escolares y entres tres y cuatro, en los adolescentes. Una ración equivale a 200-250 ml. de leche (un vaso), 125 gramos de derivado lácteo (un yogur) ó 30-50 gramos de queso (más calcio cuánto más curado esté)
¿Qué alimentos deben consumirse para evitar que el niño tenga anemia?
La anemia ferropénica carencial (por déficit de hierro en la dieta) es bastante frecuente en la edad infantil. Los alimentos que aportan gran cantidad de hierro son las vísceras y las carnes rojas. También se puede obtener con el consumo de pescados y legumbres (lentejas, garbanzos…) aunque este tipo de hierro se absorbe peor.
Mi hijo se queda a comer en el comedor escolar y me preocupa que no lleve una dieta sana.
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) elaboró unas pautas para conseguir menús saludables en los comedores escolares (Guía de comedores escolares). Puedes consultarlas en nuestra web y así valorar si lo que le ofrecen a tu hijo se adapta a esas recomendaciones nutricionales; en caso de notar alguna deficiencia, la cena en casa debe tener una composición complementaria a la comida, aportando aquellos alimentos que no se hayan consumido.
¿Cuándo podría darle a mi hijo leche de vaca entera?
La Academia Americana de Pediatría (AAP) y la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediatrica (ESPGHAN) no recomiendan la introducción de leche de vaca no modificada antes del primer año de vida, ya que en menores de doce meses diversos estudios demuestran que supone un mayor riesgo de anemia: la razón es que esta leche aporta menos hierro y, además, produce pequeñas pérdidas intestinales de sangre.
Mi hijo sufre muchas infecciones respiratorias y me han comentado que no le de leche porque produce mucosidad, ¿es cierto?
En el momento actual, no existen estudios científicos que demuestren relación directa entre consumo de leche y aumento de secreciones respiratorias. Además, es altamente recomendable que niños y adolescentes la consuman porque es una buena fuente de proteínas de gran valor nutricional, de minerales como el calcio, además de vitaminas hidrosolubles y liposolubles.
Categoría: Nutrición Infantil