Cómo interpretar síntomas de enfermedad en el bebé y niño
Escrito por Raquel Palacios Benito
Revisado medicamente por Dr Esteban Delgado, PhD, FRSPH, MAE
Ultima actualizacion: October 7, 2024
Qué hacer para bajar la fiebre a los más pequeños
La detección precoz de las enfermedades infantiles está basada en los programas de controles periódicos del niño: precisamente éste es su objetivo fundamental. Su éxito pasa por un buen conocimiento de cada niño, sus características y las del entorno familiar, sociocultural y socioeconómico en el que se está desarrollando.
Por ello, es importante que a ser posible una misma persona siga al pequeño a lo largo de su infancia y adolescencia. Un cambio frecuente de profesional puede no ser demasiado significativo en los aspectos de controles generales básicos, pero sí es importante al considerar la salud del niño de modo global, lo que incluye los aspectos sociales, escolares y psicológicos.
Cómo se realiza la exploración clínica de un niño
La exploración clínica debe efectuarse cada vez que el niño acuda a consulta y debe incluir:
• Datos somatométricos (talla y peso).
• Exploración de la boca (cavidad oral).
• Comprobar el estado de la dentición.
• Aspecto de lengua, orofaringe y amígdalas.
• Revisión de oídos: otoscopia para valorar conducto auditivo externo y tímpanos.
• Aspecto del estado de la piel y cabello.
• Auscultación cardiaca y respiratoria.
• Palpación abdominal.
• Examen de órganos genitales y valoración del aspecto del esfínter anal.
• Valoración de aspecto y simetría de las extremidades.
La exploración debe siempre completarse con una valoración neurológica básica.
En el niño pequeño se realizará un examen de fontanelas; a cualquier edad, se precisa la valoración de tono muscular, pares craneales, respuestas miotáticas (reflejos) y observación de los movimientos, además del nivel de conciencia y la interacción del niño.
Síntomas de enfermedad: qué significan
A lo largo de la etapa infantil, todos los niños van a presentar síntomas de enfermedad que suelen ser motivo de alarma en la familia y que en la mayoría de los casos no significan una situación patológica, pero efectivamente si pueden ser signos de trastornos concretos. La familia no debe intentar realizar diagnósticos, pero sí ha de observar y valorar datos que les ayuden a saber cuándo deben recurrir al pediatra.
Como norma, el estado general del niño siempre es un dato orientativo y tranquilizador, aunque tenga fiebre o esté con diarrea. Por ejemplo, siempre que el estado general del niño se mantiene dentro de la normalidad –que esté alegre y comunicador- no hay motivo de alarma y puede tratarse con antitérmicos o con una dieta apropiada la evolución. Sin embargo, un niño apático y decaído o con mal color, aunque no apreciemos otro signo, debe ser motivo de consulta al pediatra.
Cómo bajar la fiebre al bebé y al niño
Debe ser considerada como fiebre la temperatura a partir de 37,8 ºC. Ésta es una condición que se presenta con frecuencia a lo largo de la infancia, debido a la inmadurez de los sistemas inmunológico y termorregulador. La causa suele ser el contacto con un agente infeccioso, que a esta edad será en la mayor parte de las veces es vírico.
Sólo en el periodo neonatal -los primeros 28 días de vida del bebé- el aumento de temperatura debe ser motivo de consulta inmediata en un servicio de urgencias. No obstante, a partir del periodo de lactante, si el niño no presenta otro síntoma más que fiebre y su estado general es bueno, mostrándose animoso y sin rechazo de la alimentación debemos hacer lo siguiente:
Administrar antitérmicos
Es aconsejable comenzar con paracetamol que a partir del cuarto mes puede alternarse con ibuprofeno. La dosis será marcada por el pediatra del niño, puesto que a estas edades la cantidad de cualquier medicamento debe calcularse en miligramos por kilo de peso. Por ello, cada niño tendrá una dosis diferente en función de lo que pese.
Las dosis deben administrarse cada 6 horas, pero si en ese espacio de tiempo la temperatura vuelve a subir, pueden alternarse cada 4 horas:
Si un niño tiene fiebre y con paracetamol cada 6 horas está bien controlada, no hace falta adoptar otras medidas para hacerla bajar; pero si a las 4 horas de haber administrado paracetamol la temperatura está volviendo a subir, entonces puede utilizarse ibuprofeno.
Aplicar compresas frías
En los niños pequeños en los que aún no se deba usar este fármaco, es útil, si no desciende la fiebre, administrar compresas frías: se mantiene al niño desnudo en un ambiente a temperatura adecuada que no le haga pasar ni frío ni calor, se toma una toalla que se habrá introducido en agua fría y tras escurrirla, se empieza por aplicarla en los pies, y poco a poco se va extendiendo hasta que cubra las piernas, tronco y brazos; puede colocarse, además, una pequeña en la frente.
Temperatura controlada: no acudir a urgencias
Si la temperatura se va controlando, no tiene sentido acudir a servicio de urgencias, y puede esperarse a consultar con su pediatra habitual; si no se controlara o durara mas de 48 horas, en ese caso si estaría justificado acudir a un servicio de urgencias. Mientras el niño esté con fiebre, es aconsejable que permanezca tranquilo en casa. Lo ideal es esperar a que complete 48 horas libre de temperatura antes de retomar su vida normal.
María Teresa Ferrando Lucas
Pediatra Neurólogo del Servicio de Pediatría.
Hospital Universitario Quirón Madrid
Categoría: Salud infantil