Verano: Ideas educativas para poner en práctica con niños

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Revisado medicamente por Paloma Jaqueti Moreno, MD
Ultima actualizacion: October 8, 2024

Lectura, libros de vacaciones, juegos de mesa o excursiones

Para hacer deberes con los niños en verano podemos buscar un momento tranquilo en el que permanezca concentrado en algo.

Los cuadernos de verano son una opción; pero también vale un puzle, un dibujo para colorear, una construcción. En plena era de las tecnologías también podemos buscar juegos educativos “on line” o en soportes como tabletas.

Aunque teniendo en cuenta que el verano es el mejor momento para disfrutar al aire, libre lo mejor es no abusar de su uso y buscar otras alternativas.

Ideas para que los niños aprendan en verano

Fomentar la lectura
Leer un cuento, inventar una historia, escribir sobre la excursión que acaban de hacer… La lectura es una buena forma de manterles activos en verano y una estupenda manera de reforzar conocimientos en aquellos niños que están empezando a leer o a aprender ortografía y gramática. En todo caso hemos de intentar que no lo vean como una actividad escolar, sino como algo divertido. Para ello debemos buscar libros que les motiven, no forzarles y buscar un momento propicio para la lectura, que puede coincidir con las horas más calurosas del día en las que no pueden hacer actividad en el exterior.

Libros de actividades
Por estas fechas el mercado editorial nos inunda con un sinfín de divertidos libros con actividades para el verano y están adaptados para las diferentes etapas escolares.

Juegos de mesa
Además de garantizar la diversión suponen un reto y el refuerzo de habilidades en matemáticas, lógica, ingenio, creatividad, lectura…

Excursiones en familia
Un museo, un sitio en el campo, en la playa, una noche de astronomía… Las vacaciones no implican no hacer nada; por ello los padres pueden trabajar muchas de las actividades que realizan en verano desde una perspectiva pedagógica.

Deportes al aire libre
Además de velar por la salud les ayudan a experimentar el valor del esfuerzo, a superarse, a concentrarse y a trabajar en equipo.

¿Y si el niño tiene materias pendientes?

Si combinar estudio y verano puede ser sólo una opción en el caso de los alumnos que han superado el curso, en el caso de aquellos con asignaturas pendientes esto se convertirá en una obligación. Algo que suele darse fundamentalmente en cursos más avanzados como Secundaria. Para el pedagogo Pedro Santamaría, “chicos y padres tienen que entender que si han suspendido durante el curso el estudio en verano es imprescindible, que no haberse esforzado durante el curso tiene unas consecuencias. En vacaciones supondrá un sacrificio para el alumno y también un esfuerzo personal para las familias que tienen que asumir esa responsabilidad educativa”.

Para conseguir los objetivos propuestos de recuperación lo conveniente es que los padres soliciten al tutor, profesor o psicopedagogo del colegio unas pautas de estudio sobre las materias y horas que necesitará el hijo, porque cada alumno tiene sus propias necesidades, de modo que también podrán proporcionar de manera personalizada los materiales de estudio.

Aunque es exigible un rendimiento y un sacrificio, los expertos recomiendan no plantear el estudio como un castigo y crear una rutina de trabajo: que se realice todos los días a la misma hora, a ser posible por la mañana, y en el mismo lugar. Y sin cumplen los objetivos establecidos no hay por qué prohibirles disfrutar el resto del día.

Algunas recomendaciones para llevar a cabo el estudio con éxito son:

• Escoger unas horas de estudio

Las mejores horas suelen ser por la mañana, cuando más descansado se está, menos calor hace y la concentración es mayor. No obstante, cada alumno tiene su propio biorritmo y unas horas donde su energía está al máximo para estudiar. Es bueno marcarse un horario y respetarlo todos los días en vez de darse los típicos atracones un día y otro no.

• Pausas para recargar pilas
Es bueno hacer un pequeño descanso cada hora, de unos 5 minutos.

• Lugar de estudio
Lo mejor es que sea fijo y adecuado. Lejos de la televisión y otras distracciones. Todo el material tiene que estar a mano para no perder el tiempo y, por supuesto, el móvil o consolas lejos del lugar.

• Repaso final
Al terminar del día conviene repasar lo estudiado durante unos 15 minutos para comprobar que ha sido fructífero.

• Intercalar materias fáciles y díficiles
Favorecerá que no se cansen y abandonen el estudio.

Los padres deben interesarse por el trabajo realizado por sus hijos, no sólo para controlar, sino para motivar. Ahora bien, también es cierto que muchos tampoco tienen tiempo de ayudarles en el estudio durante las vacaciones, para ello no hay que olvidar que existen opciones –siempre que las posibilidades económicas lo permitan- como escuelas de verano, profesores particulares y hasta clases “on line”.

Y tampoco hay que olvidar que si cumplen los planes de estudio tienen derecho a disfrutar el resto del día o incluso a gozar de algunos días sin deberes, ideales para coincidir con las vacaciones familiares.

Enemigos de los estudiantes en verano

El calor, el ruido, el desorden en las comidas o los problemas personales son los grandes enemigos de los estudiantes veraniegos y amenazan, en muchos casos, el aprobado de los exámenes de septiembre. Así lo señala el portal Universia, en especial referencia a los estudiantes universitarios. Por ello, expertos de la Universidad CEU Cardenal Herrera proponen algunas recomendaciones:

• No quedarse solo en el piso donde se ha residido en el año lectivo. Al estar solo se alteran los ritmos y aumenta la sensación de agobio. El verano aumenta la sensación de ansiedad. Tampoco es bueno estudiar donde otros compañeros o amigos están divirtiéndose.

• Combatir el calor. Si el estudiante está incómodo bajará su nivel de concentración. Se recomienda ventilar la habitación, estudiar a primera hora de la mañana o por la noche, si se estudia con luz natural que no se haga sobra sobre el libro, tener la habitación despejada, ordenada y bien iluminada.

• Llegar a acuerdos con familiares y amigos. Estos han de respetar las horas de estudio y favorecerlas si conviven con el estudiante.

• Una correcta alimentación. Una dieta equilibrada y adecuada es fundamental para un buen rendimiento de la memoria y la capacidad de concentración. Las tres comidas diarias son imprescindibles, beber entre 1,5 y 2 litros de líquido al día.

Charo Barroso

Categoría: Salud infantil